miércoles, 12 de marzo de 2008

¿Qué hay de cierto y cuánto de mito en este vaticinio?



¿Qué hay de cierto y cuánto de mito en este vaticinio?
La información sobre el Hercólubus es escasa y dispersa, incluso contradictoria, y como muchos asuntos de esta índole ha sido desvirtuado hasta la saciedad con pronósticos falsos. Pero aunque nadie tiene la verdad absoluta, hasta las investigaciones más “científicas” y “serias” apuntan a que realmente existe.
Se trataría del mismo planeta que, según el astrónomo Joseph Lando, causó el trágico fin de la Atlántida al completar su órbita anterior hace 13.000 años, cuando penetró por última vez nuestro Sistema Solar y desvió el eje terrestre. Perteneciente a la constelación de Orión, Hercólubus sería varias veces más grande que Júpiter -el cuerpo celeste de mayor tamaño de nuestro sistema solar-y presentaría órbita y cola de cometa, y masa de planeta.
Se dice que forma parte del sistema solar de dos estrellas, una brillante y otra oscura, y que viaja en una órbita extremadamente elíptica y perpendicular a la Tierra alrededor de nuestro Sol y de otro sol muerto o negro. Oscuro y frío, se encontraría aún en un primitivo estado de evolución
La distancia máxima de Hercólubus al Sol es de 400 o 500 unidades astronomicas (1 u.a.= distancia de la Tierra al Sol), y su distancia mínima es de unas 4 o 5 u.a. (entre el Cinturon de Asteróides y Júpiter). Le lleva 6.600 años terrestres recorrer una órbita elíptica en torno de nuestro Sol haciendo un lazo sobre los planetas exteriores, y por encontrarse la mayor parte del tiempo demasiado lejos del Sol es difícil detectarlo.
A esto se une el que el planeta esté aparentemente compuesto por un material que absorve la luz y dotado de una especie de capa infraroja artificial que le ayuda a preservar el calor y lo mantiene fuera del espectro visible. A diferencia de un agujero negro, Hercólubus no succiona la luz, sino que apenas la refleja, pero por su enorme tamaño y su progresivo acercamiento a la Tierra pronto será visible a simple vista, y el efecto que se espera sería igual de catastrófico que el que experimentó la Atlántida hace milenios.
La desparición. Luego del desastre, Hercólubus sería la nueva morada a la que serán trasladados aquellos seres humanos que no hayan alcanzado los niveles energéticos vibrtatorios necesarios para ingresar a la cuarta dimensión a la que pronto pasará la Tierra, y donde iniciarían un nuevo plan evolutivo.
Los Mayas y la Biblia lo Anunciaron Una las bases sólidas en las que se apoya la existencia de Hercólubus son las Profecías Mayas. Aunque no mencionado con ese nombre, está presente prácticamente en todas ellas, que culminan el año 2012 con el advenimniento de una humanidad armónica y feliz, plenamente conciente de lo que ES, que vibra en amor y nombra sus representantes para la Confederación Galáctica, en una nueva etapa donde ayudará a evolucionar a otras humanidades de la tercera dimensión.
La primera referencia al Hercólubus que hacen las profecías mayas es para el año 2005, vaticinando el aparecimiento de un nuevo planeta que producirá cambios electromagnéticos y gravitacionales en la Tierra, generando un caos generalizado al aumentar la actividad del polo negativo terrestre. Para el 2006, cuando ya la humanidad esté bien diferenciada entre quiénes trabajan por la Luz y quiénes por la Oscuridad, el nuevo planeta se instalará en la órbita entre Marte y Júpiter generando aún un mayor caos mundial donde el hambre será la gran protagonista.
Al cambiar el eje polar de la Tierra abundarán los maremotos y movimientos sísmicos y volcánicos. Para el año 2008 el planeta ya habrá realizado ajustes orbitales en la Tierra y el clima y la geografía serán totalmente distintos. Los siguientes pasajes de la Biblia también entregan abundantes referencias sibre el nuevo planeta: “Cuando vieras el Abominable devastador que fue profetizado por el profeta Daniel ubicado en el Lugar Santo entonces los que se encuentren en Judea huyan hacia los montes (Mateus 24: 15-16) ; “En toda la Tierra, dice el Señor, dos tercios serán eliminados, y perecerán; pero la tercera parte quedará en ella” ( Zacarias,13: ; “Haré pasar a esa tercera parte por el fuego y la purificaré,como se purifica la plata, y la probaré como se prueba el oro….” (Zacarias,13:9); “Y el cielo se apartó como un libro que es envuelto y todo monte y las islas fueron movidas de sus lugares” (Ap. 6: 14); “Y los reyes de la tierra, y los príncipes, y los ricos, y los capitanes, y los fuertes, y todo siervo y todo libre se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes” (Ap. 6: 15); “Y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquél que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero (Ap. 6: 16); “Porque el gran día de su ira es venido; ¿y quién podrá estar firme?” (Ap. 6: 17); “Los tiempos del fin ya llegaron, y estamos en ellos. “Muchos son los llamados y pocos los escogidos” (Mateo 20:16). ¿Qué Sabemos del Planeta Rojo? La historia del Hercólubus se remonta a mucho antes de los Mayas.
En el legado de las más antiguas y diversas tradiciones y culturas se menciona constantemente un astro que visitaría la Tierra periódicamente, cada cierta cantidad de milenios, y que ha sido bautizado como Planeta X, Ajenjo, Marduk según los babilonios y Nibiru según los sumerios, que hablaban de un planeta cuya órbita se extendia por otros sistemas solares y que pasaría cada 6.666 años´por la Tierra, y que era habitado por la civilización de los Anunnaki o Nefilin, que utilizaban la órbita singular del planeta como un observatorio en movimiento.
Más recientemente se lo a denominado Hercólubus o Hercóbulus. Pero en lo que sí existe concenso es en que la aparición de este cuerpo coincide milenariamente como el fin de las civilizaciones. Vendría a ser una especie de filtro o catalizador que cada cierto tiempo purifica y limpia la Tierra de las impurezas con que los seres humanos la contaminan, dando paso a nuevas eras. Cada pasada del Hercólubus sería un nuevo Apocalipsis para la Tierra.
Pero para cada civilización sería el único. Pese a lo falseado de muchas informaciones y del manto de silencio y censura que oficialmente se intenta desplegar en torno al tema para evitar el pánico, se afirma que los astrónomos detectaron al planeta hace más de 20 años, y que la preocupación en los medios de inteligencias de Estados Unidos es enorme, ya que Hercólubus estaría llegando a Plutón. La principal base en la que se afirman las hipótesis para creer que hay un “algo” extraño dando vueltas es la curvatura de la luz alrededor de la masa planetaria, debido al gran poder gravitacional que ésta tiene.
En 1980, el periódico O Globo de Brasil informó que las sondas Pioneer 10 y 15 buscaban un supuesto planeta X que con su fuerza gavitatoria alteró las órbitas de Neptuno y Urano. Según el astrónomo Joseph Lando, los cometas comunes como el Hale-Bopp alcanzan su velocidad máxima al circundar el Sol (unos 30km/sec) y su velocidad mínima en el punto más lejano del sol (unos 2 km/sec) a unos 36,000,000,000 km de distancia.
El Hercólubs, en cambio, no se comporta de esta forma porque está orbitando dos estrellas, y su velocidad máxima la alcanza justamente en medio de ambas. Otro astrónomo, Carlos Muñoz Ferrada, ha aportado más datos sobre el Planeta Rojo en programas de televisión y diversos medios: 92 km/seg=Velocidad de Hercolubus al rotar en torno al sol negro. 76 km/sec=Velocidad de Hercolubus cuando le da la vuelta al sol del sistema solar. 300 km/sec=Velocidad de Hercolubus a media distancia de los dos soles. 14000000 km=Punto mas cercano a la Tierra en la trayectoria de Hercolubus (14 millones de kilometros). 32000000000 kilometros=distancia del sol negro desde la Tierra (32 billones de kilómetros) 0.003382378 AL=distancia en años luz desde la Tierra hasta el sol negro. 385000 km=distancia de la Luna a la Tierra. 300000 km/sec=velocidad de la luz. 9460800000000 kilometros=distancia que viaja la luz en un año.
Si el planeta-cometa pasa a 14 millones de kilómetros entonces esto equivale a 36.36 la distancia de la Luna a la Tierra. Al parecer, insuficiente para evitar el cataclismo.

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